A veces, las notas olfativas se alinean y crean un acorde que parece mágico. Suelen ser aromas que atrapan, que nos huelen a algo tan anhelado como un abrazo y suele ser difícil de explicar el porqué de nuestra instantánea adicción. Algo así pasa con el #1 de Miller et Bertaux. El manual nos dice que es un acorde de sándalo, cedro, especias, chutney... pero en cuanto lo olemos nos olvidamos de todo lo que nos había gustado hasta entonces y sólo queremos adentrarnos una y otra vez en esas calidez que nos ofrece y nos embriaga.
