Una caricia empolvada con un toque dulce, poco se tiene que explicar de esta fragancia porque en cuanto la huelas, sabrás que es para ti. Lo será si eres de las que se vuelven locas con olores limpios y empolvados, con esos aromas que recuerdan a maquillaje de otro tiempo. Y lo será aún más si no eres de las que les gusta meter mucho ruido, si eres más de sutilezas duraderas. Rosa, heliotropo, pera, madera de gaiac... pero como en las demás fragancias de Miller et Bertaux, aquí también hay magia y lo que a priori podría ser un acorde pesado se vuelve en precioso polvo estelar.