Hubo un tiempo, en el que oler a patchouli era símbolo de elegancia y exquisitez. Cuando empezaron a importar las más lujosas telas del oriente lejano, éstas venía intercaladas con hojas de patchouli, ya que su característico olor ayudaba a preservarlas en el largo viaje. Aquellas telas, quedaban impregnadas con su amaderada fragancia, perfume que emanaba aquel que tuviera dinero para llevarlas. Essence de Patchouli nos trae hasta nuestros días aquel patchouli sutil y refinado, acompañado por el iris y mucho almizcle, que lo vuelve delicadamente empolvado para terminar siendo un aroma que sorprende por su intrigante saber estar que no pasa desapercibido.