Después del éxito de This is not a blue bottle, no era fácil atreverse a versionarla, a lanzarse a crear una fragancia igual de icónica. Pero Luca Maffei cogió el testigo de Gerald Ghislain y lejos de conformarse en hacer algo parecido a su predecesora, creo un acorde igual de limpio (o más), igual de adictivo, pero con una atmósfera totalmente diferente. Ylang Ylang, vainilla, lilas, almizcle, pimienta rosa… para conseguir el mismo aroma que si metieras la nariz en una montaña de toallas blancas recién lavadas y envolverte en ella cada vez que te apetezca.