Complejo, comprometido, aventurero, fiestero, mujeriego y con una prosa que le llevó a alcanzar el Nobel en 1954, es imposible resumir quién fue Ernest Hemingway en unas pocas líneas, igual que es muy difícil describir este perfume que sin duda, está a la altura del personaje. Canela, enebro, vainilla, pimienta negra, iris o vetiver, que dan volumen y alcance a esta fragancia poliédrica. Un acorde, con la misma personalidad que la persona, o que el personaje, porque cuando alguien se convierte en icono, es difícil diferenciar qué fue quién.