Ya solo con el nombre de "La ninfa y el poeta" nos hacemos una idea de los que Pierre Guillaume ha querido enfrascar. Cítricos, absoluto de hojas de rosa y té, flor de melocotonero y madera de naranjo, el acorde no podría ser más etéreo ni tan evocador. Entre lo limpio y lo acuático, se abre como pinceladas de rayos de sol.