El almizcle y la rosa, son dos de los aromas empolvados por excelencia, tan limpios, tan delicados que hacen las delicias de los amantes de las fragancias sutiles. Cerrando los ojos y oliendo Biancotalco, fácilmente puedes imaginar que estás en una de las miles de habitaciones de Downton Abbey, donde todo está impoluto y la calma y el silencio dominan cada estancia. Un aroma que bien podría ser sacado de otra época, pero que ya se ha vuelto tan atemporal como la elegancia máxima, limpia y etérea.