Un campo de árboles en flor sorprendido por una inesperada nevada. Cerezos, manzanos, naranjos... todos luciendo su delicadeza rodeados del frío y blanco silencio que olfativamente se siente como un empolvado almizcle. Una fragancia delicada con una estela inocente que no se deja engañar porque es consciente del poder de su belleza y de la magia de lo efímero.