Michael Cane en sus años mozos irradiando carisma. O Eva Marie Saint con el maravilloso vestuario de Con la muerte en los talones. Kashnoir irradia esa clase que viene dada, innata, de la que no se compra. Una salida cítrica que se esfuma para dar paso a un acorde de lavanda, vainilla, heliotropo y benjuí, tan empolvada y dulce como seca y aterciopelada. Una de esas fragancias que siempre tendrán un sitio en tu tocador.