Hay fragancias ideadas para lucir que se quedan a medio camino. Quieren llegar a parecerse a aquello que es un clásico, muchos lo intentan pero pocos lo consiguen. Rosa, azafrán, sándalo y ámbar, podría parecer la enésima rosa amaderada que luce por ahí, pero no lo es. Elegante y fina, trabajada con exquisitez, destaca entre ese mar de rosas con luz propia para convertirse en otro clásico atemporal.