En parte porque es cuestión de modas y en parte porque nunca se fue, el sándalo se ha convertido en la fragancia fetiche de las últimas temporadas. Santal du Pacifique es ese sándalo que hará las delicias de los fanáticos y convertirá a su religión a aquellos que decían que las notas amaderadas eran demasiado para ellos. Un sándalo diferente, traído directamente desde las despobladas islas del Pacifico, en donde se tienen que hacer varios kilómetros a pie para conseguir la preciada madera, que gracias a su situación geográfica tiene matices propios que lo vuelven único. Una fragancia que emana limpieza y frescor gracias también a unos suaves toques florales. Diferente, original y sencillo a la vez, una de esos pocos perfumes que reconforta al que lo lleva y a los que tiene alrededor.